Historia de una reforma

“La ubicación y la orientación es clave, ya que es lo único que no se puede cambiar; todo lo demás puede modificarse”.

Esta frase de mi amiga y arquitecta Mónica Diago durante un brunch de Cenas Adivina se quedó grabada en mi cabeza. Y es que, sin saberlo en aquel momento, ese brunch y esa frase marcarían un antes y un después para conseguir la casa de nuestros sueños. Todo ello gracias a una reforma integral.

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Hoy te cuento como fue la historia de nuestra reforma. ¡Con todas las fotos del antes y después!.

Pero empecemos por el principio…

Cómo empezó todo

Sábado 20 de Enero de 2018. Ese día mi querida Sílvia de Cenas Adivina organizaba un brunch en casa de Mónica Diago en el que hablaría de reformas, arquitectura y nos mostraría su increíble casa, recientemente reformada. Como Mónica y yo somos buenas amigas me ofrecí a hacer las fotos del brunch, además porque la luz que tiene su casa es el sueño de cualquier fotógrafo.

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En el momento de las presentaciones, la mayoría de las invitadas al brunch eran apasionadas de la arquitectura e interiorismo; estaban pensando en reformar su casa; o estaban a la búsqueda de un nuevo hogar.

Y aunque a mí el tema de las reformas me gustaba, y ya llevábamos algún tiempo queriendo cambiar de casa por falta de espacio. No acabábamos de encontrar algo que se ajustara a lo que buscábamos; y que estuviese dentro de nuestro presupuesto.

Cierto es que tampoco estábamos haciendo una búsqueda demasiado activa. Así que en ese momento recuerdo que me presenté como una “oyente” que había ido a hacer fotos.

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Sin embargo, los sencillos consejos que nos dio Mónica durante ese brunch debieron calar muy hondo. Si no eres un experto, no es fácil mirar con ojos de arquitecto y ver posibilidades donde otros verían solo inconvenientes. También nos quitó ese miedo infundado a las reformas. Si lo dejas en buenas manos no hay nada por lo que preocuparse, y en esto doy fe que es muy cierto.

La primera visita a la casa

Al día siguiente, mi marido casualmente me comentó que había visto una casa en venta que nos encajaba con lo que estábamos buscando, y con el precio. Aunque las fotos de la casa dejaban bastante que desear; conocíamos la zona y la urbanización (curiosamente habíamos visitado aquí un piso hace nueve años en la búsqueda de nuestra primera casa) y pensé que no perdíamos nada por verla. Ese mismo momento llamamos para concertar una visita para el día siguiente.

La casa, un ático-dúplex de tan sólo 15 años de antigüedad, era un completo desastre. Se notaba que los propietarios la habían dejado desatendida durante muuuuucho tiempo. Demasiados trastos, muchísima suciedad y un olor a tabaco y poca ventilación que hacía que quisieras salir de allí corriendo. En otro momento de verdad que lo hubiera hecho. Se veía una casa oscura y vieja.

Sin embargo, me acordé de Mónica e intenté “mirar” con ojos de arquitecta. Evité fijarme en los trastos y en la suciedad; y buscar el potencial, que a pesar de todo… ¡tenía!, y ¡mucho!.

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El factor decisivo fue cuando subimos a la terraza, y de repente todo encajó. La cristalera de acceso a la terraza tenía ese factor WOW del que habló Mónica. Algo que hiciera especial la casa. ¡Y me imaginé allí! (también porque era el lugar de la casa más ordenado y que no olía mal jeje).

El resto podía tirarlo, pero la ubicación me encantaba y tenía todo lo que buscábamos: más espacio y ¡una terraza!.

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La compra venta

Nos fuimos, y esa misma tarde del lunes llamamos para confirmar que nos la quedábamos. Aunque he de reconocer que seguía teníendo muchas dudas de que la casa fuera oscura.

Al día siguiente, pusimos nuestra casa en venta y en tan solo dos días recibimos ¡cuatro visitas y cuatro ofertas!. Una semana después de aquel brunch habíamos comprado una casa y vendido la nuestra. Y eso que no entraba en nuestros planes inmediatos. Lo que es el destino ¿verdad?.

Pero aún faltaría mucho para hacer de aquella casa vieja y oscura nuestro hogar.

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Desde el contrato de arras a la compraventa pasaron tres meses, tiempo que dimos a los vendedores para encontrar otra vivienda. Por otro lado, con nuestra compradora llegamos al acuerdo de quedarnos tres meses en nuestra casa tras firmar la compraventa; para así poder completar la reforma. Finalmente tuvimos que mudarnos un poco más de un mes a casa de mi madre hasta que acabaron. Pero al menos evitamos tener que estar más allí o haber tenido que buscar un alquiler durante ese tiempo.

Ambas compra/ventas las hicimos de forma particular, sin inmobiliarias. Ese ahorro en gastos de gestión y comisiones para la inmobiliaria lo destinamos a lo que realmente creímos importante. Un arquitecto que se hiciera cargo de la reforma integral. Y en nuestro caso no podía ser otra que Mónica Diago.

Reforma

La reforma integral

El plano original tenía tres habitaciones, un baño, salón, cocina y una pequeña terraza en la planta baja; y la habitación principal con baño en suite, un saloncito y terraza ático en la planta de arriba.

El salón

Lo primero que decidimos fue que queríamos ganar luminosidad y darle más espacio al salón, que al final es donde pasamos la mayor parte del tiempo.

Para ello convertimos las tres habitaciones de abajo en dos, dándole algún metro más a la habitación de las niñas; pero sobre todo, ganando más espacio al salón. También decidimos hacer un cerramiento de la terraza de abajo y así incorporarla al salón.

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La cocina

La cocina fue otro de los cambios importantes. Tiramos la mitad del muro que separa la cocina con el salón y Mónica diseñó una de sus ya famosas cristaleras de hierro. Así separábamos espacios pero los manteníamos unidos visualmente. Además gracias a la cristalera la cocina ganaría mucha más luz, ya que no cuenta con ventanas.

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Los baños

En el baño de la planta de abajo se cambió el lavabo de sitio, permitiendo así tener más espacio; teniendo en cuenta que no es un baño demasiado grande. Y aunque el mueble del lavabo no es muy amplio, elegimos un espejo de lado a lado. No solo para dar amplitud, también porque somos tres chicas en casa :). ¡Lo vamos a necesitar!.

En la ducha se hizo una hornacina, muy útil para dejar los productos de baño. Pero lo que hace especial a este baño es el suelo hidráulico. Hecho de forma artesanal por De Mosaica. Fue el primero que me enseñó Monica y no quise ver más.

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El baño de arriba inicialmente contaba con un lavabo de un solo seno, el inodoro de frente al entrar, y bañera.

En la anterior casa teníamos un mueble con dos senos y una vez te acostumbras es difícil volver a compartir lavabo jeje. Así que diseñamos el baño cambiando el inodoro de sitio. Aunque inicialmente parecía sencillo, por el tema de la bajante tuvieron que mover algunas tuberías y casi hasta el último momento no supimos si se podría hacer. Pero sí!, lo consiguieron y el resultado salta a la vista. Parece muchísimo más grande que antes.

Cambiamos la bañera por un plato de ducha, y pusimos toda la grifería en negro para restarle sobriedad; pero manteniendo un estilo clásico.

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La buhardilla y la escalera 

Otra de las cosas que tuvimos claras desde la primera visita fue tirar el muro de la escalera y sustituirlo por un vidrio de seguridad. Así se aprovechaba mejor la luz que viene de la planta de arriba; haciendo también más amplia la zona del recibidor y pasillo.

Así mismo, se amplió el armario de debajo de la escalera haciendo dos armarios a medida. En la planta de arriba también se tiró la barandilla de ladrillo y se puso un doble vidrio de seguridad. Gana muchísima luz y espacio.

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La escalera, inicialmente de mármol, la forramos con la misma tarima y mamperlán del mismo tono.

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Los dormitorios

En los dormitorios aunque el cambio no es tan evidente, se mantuvieron el interior de los armarios empotrados. Y cambiamos únicamente las puertas, que estaban algo deterioradas.

Y aunque no se aprecia bien en la foto, una de las cosas que más ilusión me hizo fue decir adíos al horroroso gotelé en toda la casa.

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También cambiamos todas las puertas, eligiendo unas tacadas en blanco. Los radiadores y las ventanas; que pusimos unas de aluminio oscilobatientes bicolor. Blancas en el interior y gris en el exterior.

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Como ves, el cambio salta a la vista!. Lo cierto es que ni con mucha imaginación podía visualizar un resultado así el día que vimos la casa por primera vez.

También aprovecho para agradecer a Mónica y a todo el equipo de Reformax, quien llevó a cabo la reforma, por el trabajo bien hecho. Nunca pensé que una reforma integral fuese tan sencillo, o tan poco estresante. En parte fue gracias a la confianza plena que tenía en Mónica, y porque compartimos gustos similares. De hecho, en mitad de la reforma nos fuimos de viaje a Vietnam y le dejé totalmente a cargo de todo. Cero estrés!.

Y bueno, seguramente a estas alturas te interese saber algún detalle deco o de donde es cada cosa. No he querido ponerlo en este post por no hacerlo interminable (que ya lo es!), pero PROMETO hacer un house tour en condiciones. Faltan aún algunos detalles, uno de ellos bastante especial; así que pronto vuelvo para contarte de donde es cada cosa con más tranquilidad.

Lo que hoy quería transmitir es que hay que ver mucho más allá de lo que ven nuestros ojos. ¡Y que hay que prestar más atención a las oportunidades que nos brinda el destino!!.

Espero que te haya gustado esta (larga) historia con final feliz!.

Besos!

PINEA PARA MAS TARDE
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