Vuelta a los juguetes de nuestra infancia
¿Quién no recuerda con nostalgia los juguetes que nos acompañaron en nuestra infancia? Aunque no había tanto donde elegir como ahora, algunos juguetes estaban muy unidos a momentos concretos, y los relacionamos con recuerdos positivos.
Esas tardes interminables jugando al parchís o a la oca; el Quién es Quién que acababa cayéndose las caras de tanto que jugábamos con él; los recortables de vestidos de muñecas…podía pasarme horas con eso, etc.. Recuerdos que están unidos a un juguete.
Ahora que somos padres, queremos que nuestros hijos también tengan esos bonitos recuerdos. Es por ello que muchas veces elegimos juguetes que han sido importantes en nuestra infancia, y así poder compartir con ellos esas vivencias.
¡Quien no tiene un parchís en su casa!!.
El juego compartido no se trata únicamente de regalar a nuestros hijos/as juguetes, sino de compartir momentos con ellos. Además, jugar en familia multiplica los beneficios del propio juego. Una forma divertida de enseñarles a los niños y niñas valores como la cooperación, la empatía y la tolerancia.
El verano además es sinónimo de juego. Todos tenemos más tiempo libre, los días son más largos y podemos aprovechar para jugar al aire libre.
A continuación, te muestro tres juguetes de nuestra infancia y que son perfectos para compartir con todos los miembros de la familia. La retro manía está más de moda que nunca!.
Como cada año, pasamos unos días en nuestro pueblito de Zamora donde nos juntamos toda la familia. Grandes y pequeños. Son de esos pueblos que apenas tienen nada, por no tener el nuestro ya no tiene ni bar. Y durante el día el calor hace que los niños tengan que pasar bastante rato jugando en casa, sobre todo en el patio que estamos fresquitos.
El Bingo
Un juguete que siempre ha estado presente en casa y tantos momentos buenos ha traído es el Bingo. Un juego intergeneracional que gusta a todos. De hecho, me encanta ver como la abuela les explica el funcionamiento a los nietos y nos echamos todos unas buenas risas. Es un clásico para compartir en familia, y cuantos más seamos, mucho mejor. Además los pequeños estimulan la agilidad visual, y practican los números!.
¡Y para darle además un poco más de emoción siempre ponemos algunos centimillos como premio!. 🙂
El futbolín
Otro de los grandes recuerdos que tengo de mis veranos en el pueblo eran las tardes que nos pasábamos en la terraza del bar (antes de que cerrara) comiendo pipas y jugando al futbolín. Un juego que unía y gustaba por igual a niñas y niños, grandes o pequeños. Sin importar siquiera si eras futbolero o no. Todo un clásico y una herramienta socializadora, ya que promueve el valor de la colaboración y el respeto de las normas.
Desde que pusimos el futbolín de madera os aseguro que las tardes son bastante más amenas. Y si te digo que los mayores se lo pasan casi igual de bien que los pequeños me crees, ¿a que sí?.
El cubo de Rubik
Y por último, no podía faltar en esta selección el clásico por excelencia. ¡El cubo de Rubik!. Un juego que después de 40 años sigue estando de moda, y sigue haciendo que nos pasemos horas intentando descifrarlo.
Yo recuerdo haberlo conseguido en más de una ocasión cuando era pequeña, pero por más que lo intento ahora no soy capaz. ¡He debido perder facultades!.
Siempre lo llevamos en el coche para entretener en esos ratos que están solos, y es una herramienta fantástica para mejorar la agilidad mental, la memoria, y la paciencia!.
Y hasta aquí la vuelta al pasado a través de tres juguetes que quiero que sigan estando presentes en la infancia de mis hijas. Y que podamos seguir compartiendo durante muchos veranos más.
¿Me cuentas cual eran tus juguetes en los veranos de tu infancia?