Mi truco para comer fuera con niños
Cuando nació Sofía allá en el 2009 recuerdo que aún no se había implantado la ley antitabaco en los bares y restaurantes, y a la hora de quedar con amigos para comer o tomar algo siempre estábamos limitados a los centros comerciales, parques de bolas para niños o a los pocos restaurantes donde había habilitada un área para no fumadores. Un rollo, vamos. Además por aquel entonces fuimos los primeros de nuestro grupo de amigos en tener hijos y los únicos en poner “pegas” a la hora de ir a algún sitio. Nos sentíamos que por tener hijos, y querer un ambiente saludable para ellos, estábamos destinados a dejar de visitar restaurantes bonitos para “mayores” y a ir a centros comerciales de por vida.
Por suerte, al cabo de un año entro en vigor la ley y de repente fue como volver a nuestra vida de antes, pero mejor, acompañados de nuestra pequeña familia.
Si hay algo que siempre digo es que no hay que dejar de hacer las cosas que hacías antes de tener hijos, solo tienes que amoldarte a la nueva situación. Salir a comer fuera es algo que siempre me ha gustado y a lo que no quería renunciar.
Hay que apoyar iniciativas como la de Mammaproof que fomentan lugares donde las familias son bienvenidas, que no se trate sólo de los clásicos sitios para niños, sino que encuentres buena gastronomía y ambiente para los mayores pero que tampoco te miren mal por ir con un carrito y un niño de la mano.
No os voy a engañar que hay veces que los pequeños se pueden aburrir en sitios de “mayores”, muchas de mis amigas me dicen que no salen fuera a comer porque sus hijos no paran quietos y ellas al final no lo disfrutan.
Nosotros con Sofía tuvimos muchísima suerte porque siempre ha sido una niña muy tranquila, le das una hoja de papel y un lápiz y se puede pasar una hora tranquilamente sentada dibujando. Siempre llevamos en el bolso una libreta y algunos rotuladores para ella. Con Olivia, sin embargo, nos ha tocado agudizar el ingenio, es mucho más movida e inquieta que su hermana y eso de darle un rotulador puede traducirse en pintar sillas, mesas y paredes, o peor, que el rotulador acabe volando a la mesa de al lado.
Hace unas semanas descubrí gracias a Kinuma los bloques de madera de Grimm´s y desde entonces se ha convertido en el mejor entretenimiento para las niñas, dentro y fuera de casa. ¡Un juguete perfecto en toda regla!.
El sábado pasado salimos a comer con las familias de Mariu, María y Mónica, no teníamos reserva en ningún sitio e íbamos un poco preocupados por encontrar un lugar apropiado para un grupo tan grande, y con tantos niños. Después de intentar sin suerte en un par de restaurantes, nos encontramos por casualidad con uno que cumplía los requisitos: ambiente agradable, comida apetecible y una mesa grande para todos. Nos situaron en una zona tranquila del restaurante donde nos sentimos todos como en casa, bueno, incluso mejor!.
Los peques acabaron antes que nosotros de comer y empezaron a estar un poco inquietos. Entonces me acordé que llevaba los bloques de madera en el carro, como vienen en una cómoda red para guardar es fácil llevártelos a todas partes. Los saqué, esparciéndolos por el suelo y como por arte de magia todos se sentaron alrededor y comenzaron a jugar juntos. Fue muy bonito ver como niños de edades tan diferentes, desde 2 a 6 años se dedicaban a hacer torres, túneles, casas o simplemente morder los bloques. Un juguete aparentemente tan sencillo se ha convertido en nuestro salvavidas a la hora de comer fuera.
Como son aptos para todas las edades me evito tener que llevar un juguete para cada una, además este tipo de juguetes no dirigidos ayudan a desarrollar su imaginación y creatividad, por no decir que durarán muchos muchos años.
Es cierto que tuvimos muchísima suerte de encontrar un lugar tan tranquilo y espacioso para comer, de otra forma no hubiera sido posible tener a los niños tirados por el suelo, pero este juego también funciona en una mesa! Tengo que agradecer también al personal del restaurante ya que nos hicieron sentir muy a gusto y bienvenidos, y muy pacientes también.
Con pequeños truquillos como éste conseguimos que los niños también tengan su entretenimiento dentro de lugares menos infantiles, y que salir a comer fuera siga siendo un plan disfrutado por todos.
Por si me preguntáis, el restaurante donde estuvimos se llama Max Madrid, al lado de la Plaza Santa Ana, muy recomendable y sobre todo muy mammaproof! volveremos seguro!, y los geoblocs de Grimm´s podéis encontrarlos en Kinuma.
¿Me contais vuestros trucos para salir a comer fuera con niños? ¿como vivisteis vosotros la época previa a la ley antitabaco?
Viviendo en el desván
Con Candela, siempre hemos utilizado el truco de colorear, a pesar de lo nerviosa que es, se entretiene mucho pintando, así que en nuestro bolso siempre llevamos un cuaderno y un estuche con pinturas. Valentina, por ahora, necesita más movimiento y el truco está en tener espacio para poder moverse libremente, lo de estarse quieta en un lugar mucho rato no va con ella.
Un besazo.
clarabmartin
Entonces Candela es como Sofia y Valentina como Olivia! Estas pequeñas no paran! Un besote Yolanda!
Mónica
Hola¡¡¡¡.
Yo siempre llevo folios,cuadernos y pinturas con los míos nunca falla…no hay niños. También llevamos cuentos, puzzles. Se entretienen mucho la verdad. Me apunto los de las construcciones de madera…. sobre todo para Candela que tiene a ser un torbellino. Besos y feliz viernes.