Errota Barri: Una casa rural en Urdaibai

Un caserío tradicional decorado con un gusto impecable; un entorno natural donde escapar del mundanal ruido; y a un paso de enclaves únicos como San Juan de Gaztelugatxe o la Reserva Natural de Urdaibai. ¡Bienvenidos a Bizkaia! 

Hace unos días disfrutamos de un fin de semana en Bizkaia, una región que aún no conocía y tenía muchísimas ganas de visitar. Como solemos hacer en este tipo de escapadas, nos alojamos en una casa rural; por el trato cercano que recibes, y por estar más en contacto con la naturaleza.

En esta ocasión nos alojamos en la casa rural Errota Barri. Situada a pocos kilómetros de Bilbao, a un paso de las bonitas localidades de Bermeo y Mundaka, en la maravillosa Reserva de la Biosfera de Urbaidai.

Errota Barri es una de las casas rurales seleccionadas por Ruralka en el Pais Vasco, y todo un ejemplo de calidad y buen hacer.

Rodeada de bosques de eucaliptos y castaños, Errota Barri es un caserío-molino tradicional que ha sido reformado con mucho gusto. Para mí la decoración de los alojamientos es un punto muy importante a la hora de elegir, ya que ayuda a sentirte más a gusto cuando estás fuera de tu casa.

Me encantó la combinación de elementos decorativos rústicos como las vigas de madera, troncos, ramas y cestos de fibras naturales, con otros más actuales como la chimenea de hierro de líneas modernas.

La verdad es que me imagino en invierno sentada en este salón con la chimenea encendida y las vistas al bosque; y debe ser una auténtica maravilla.

Una de las cosas que más me llamaron la atención de la casa fueron las pinturas realizadas por los hijos de Lourdes, la dueña de la casa, y que están repartidas por las zonas comunes, como el comedor y la sala de reuniones. Creo que aporta un toque único a las estancias, por no decir que es un recuerdo muy bonito.

Nunca se me habría ocurrido exponer los dibujos de las niñas en tamaño XXL, pero la verdad es que es una idea estupenda. ¿No te parece?.

La casa rural cuenta con 5 habitaciones y 2 suites; la nuestra era la habitación 102 y constaba de dos camas individuales juntas y un sofá cama donde dormían las niñas. A la entrada de la habitación había un cómodo vestidor con un par de armarios y una pequeña nevera.

El tamaño era perfecto para alojar a una familia de cuatro personas. Tenía también un balcón compartido con otras dos habitaciones, donde las niñas se escapaban a jugar. O donde poder sentarte a admirar el entorno.

Durante nuestra estancia hizo un tiempo espectacular, asi que nosotros pasamos la mayor parte del tiempo conociendo la zona y fuera en el porche. Aprovechamos una de las tardes para cenar al fresco en una de las mesas del porche, acompañados de las mascotas de la casa. 🙂

La casa rural no cuenta con servicio de comidas salvo el desayuno, buenísimo y muy completo, por cierto. Pero puedes preparar algo sencillo en la cocina o incluso hacer una barbacoa en el jardín.

Los animales de la casa fueron sin duda el mayor entretenimiento de las niñas. Tenían una cariñosa perrita llamada Julita que dejaba acariciarse a todas horas y que nos acompañaba en cuanto salíamos al jardín. Olivia quería llevársela a casa, ¡con eso te digo todo!. También tienen gatos, y al lado de la casa una pequeña granja con gallinas y cabras. Así que hará las delicias de los más pequeños de la casa.

Otra de las estancias que me fascinó fue la sala de reuniones. Una sala abuhardillada y decorada con varias lámparas de globo y dibujos infantiles expuestos en la pared. Me decía Lourdes que no se usa todo lo que le gustaría, y posiblemente le de una vuelta para convertirla en una habitación.

Sea como sea seguro que el resultado será tan bonito como el resto de la casa!. ¡La luz que se colaba por la ventana era mágica!.

Y así fue nuestro paso por Errota Barri. Un lugar donde desconectar o aprovechar las muchas maravillas y actividades que encontrarás en esta parte de Bizkaia.

Muy cerquita de la casa rural se encuentra el enclave único de San Juan de Gaztelugatxe, en este post tienes toda la información para visitarlo.

Lo que daría ahora mismo por dormir con el fresquito del norte, y no con los 39 grados de Madrid! Ainssss….

Venga!. ¡A por la semana!.